“Ahí la veo, cruzando, un
día de calor. Brilla tanto que opaca hasta la luz del sol, es común verla sola
andar por ahí, nunca hubiera imaginado que exista algo así. Es tan linda que
nadie se atreve a acercársele a hablar, hasta los perros se paran a verla
pasar. Su figura invita al deseo y a la perversión, pero tus verdes ojazos dan
miedo al más guapo amor. Vos sabes muy bien, muñequita, lo linda que sos, que
casi todo el barrio te tiene miedo, nena, por Dios!”
A veces,
para enamorar a alguien
solo hace falta
cantarle una canción…