Se
cansó de billeteras y minitas sin sabor,
del
color de la carteras y de máquinas de
amor.
Se
cansó de despertarse y no tener a nadie para echar.
Se
cansó de no tener más que a su sombra,
para
contarle cómo progresó en el bandoneoón.
Se
cansó de cigarrillos que hacen mal,
y
de amores de estación que
no convienen.
Se
cansó de la rutina de
esperar al sentido más común
que
nunca viene.